domingo, setiembre 07, 2008

VACA LECHERA: la deuda con Bilbao

Dairy Dose of Origami?
Luego de la Convención de León este año, viajé a Bilbao con Saadya.
La idea era visitar la preciosa ciudad y sus museos y encontrarnos con Willie, Carmen e Ignacio.
Desde entonces tengo en deuda poner aunque sea un par de fotos aquí en el blog.
Talvez no lo había hecho porque los 4 días en el País Vasco terminaron siendo tan intensos y emocionantes que me resulta difícil describirlos. Por lo tanto no voy a intentar hacerlo.
Sólo talvez mencionar las mejores gambas que he comido en mi vida, en un bar de las 7 calles. Según Saadya eras tan buenas debido a la cercanía con el mar, yo tiendo a pensar que tenía que ver con el generoso baño de aceite de oliva español que las cubría.
Y la Plaza Unamuno, destino improbable de peregrinación de origamistas.
Y la hospitalidad a toda prueba de Willie, el entusiasmo sin límites de Ignacio y el sereno encanto de Carmen.
Y unas largas y a veces durísimas conversaciones con Saadya a orillas de la Ría del Nervión, que me sacudieron los cimientos de mi bien cómodo, establecido y encajado origami.
Pero la historia que tiene que ver hoy con la vaca es otra.
Caminando con Saadya por la ciudad entramos a un mercado de alimentos y en una vitrina de quesos aparecieron ratas de Joisel.
Por cierto, muy bien plegadas en papel elefante e incluso por lo que parecía, en húmedo.
La dueña del local estaba encantada por la efectividad de la decoración de su mercadería. Aparentemente las ratas llamaban mucho la atención y le traían clientela.
Resultó ser que las había plegado el propio Willie y habían llegado indirectamente a manos de la vendedora.
La buena mujer quería ahora expandir su mini exposición de origami e incluir en su vitrina algunos animales de granja: cabras y vacas lecheras, también a tono con sus quesos.

Esa noche nos dispusimos a intentar diseñar una vaca lechera.
Tras tres o cuatro intentos fallidos finalmente abandonamos, y aprendimos que el animal no era tan fácil de diseñar como nos habíamos imaginado.






Como comenté en la entrada anterior de este blog, hace unos pocos días me escribió Willie tocando el tema de las vacas lecheras de origami.
Así que al fin, meses después del primer intento en Bilbao, tengo mi versión de una vaca lechera.
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Sólo un corto comentario sobre el modelo.
Lo diseñé sobre una idea realacionada con el Novillo anterior, pero no igual.
Para la vaca dejé una porción considerable de papel para diseñar la ubre, además superpuse más las capas, lo cual permite hacer, no sólo los cambios de color que muestro aquí, sino una infinidad de variaciones a gusto del que la doble.
Será por deformación profesional, pero una de las cosas que varié comparando con otras vacas de origami manchadas, es precisamente la distribución general del patrón de color.
Las manchas de las vacas Holando no están puestas al azar, sino que responden a un orden bien establecido genéticamente.
El color blanco aparece primero en el vientre y desde allí trepa hacia el lomo, especialmente en el hombro y la ingle.
Es decir que por ejemplo, si una vaca es mayoritariamente negra, tendrá blanco solamente en el vientre, nunca lo opuesto.
Si una vaca es casi toda blanca, las manchas negras estarán preferentemente en la base del rabo, silla de montar y parte superior del cuello.
Si alguien se toma el trabajo de mirar fotos de diferentes vacas verá lo que digo.
Podemos no saber nada de genética, eso no importa, pero al ver manchas mal distribuidas sabremos que hay "algo" que no permite reconocer al animal fácilmente.
Pero veamos lo importante, desde el punto de vista de un diseño de origami, son estas las cosas que se pueden usar para capturar de golpe de vista a un animal, y no las pezuñas, dientes y plumas.

La vaca está plegada en húmedo con papel Mulberry negro laminado con papel blanco delgado de tipo desconocido.